La economía sostenible es un modelo que crece y que permite conciliar el desarrollo social, ambiental y económico transformándolo en una economía de sana competencia y cuya producción fortalece la labor de calidad, la similitud en las oportunidades y el intercambio social, a través de un respeto dentro de lo racional.
Por su parte, la sostenibilidad se ha vuelto frecuente ya que está referida al bienestar actual, sin necesidad de comprometer el intelecto de las generaciones de relevo, lo cual garantiza el equilibrio entre el cuidado del ambiente, el bienestar de la sociedad y el crecimiento económico en general.
Glosario del contenido del artículo:
- El desarrollo sostenible a nivel económico
- La inversión y su compromiso
- La rentabilidad a través de la inversión
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Cuando se habla de desarrollo sostenible, se hace mención a la manera progresiva que mantiene un estado de equilibrio en el hoy, sin arriesgar los recursos del mañana.
La sostenibilidad tiene varias acepciones, ella puede referirse sin menoscabo al orden ambiental, social y económico. Todas dirigidas a preservar la biodiversidad y la cohesión de la población.
En cuanto a la parte económica, cuando se habla de sostenibilidad, esta se asocia al uso de algunos indicadores macroeconómicos que permiten evaluar las empresas en cuanto a su rentabilidad. Uno de ellos, es el porcentaje de transporte que realizan en forma sostenible.
Esto significa, que de alguna manera el sistema económico mundial se basa en un crecimiento marcado por un valor de producción, en el entendido de que a mayor producción mayor riqueza. Por lo demás, la economía sostenible fomenta la creación del empleo y ayuda a la manutención de las ciudades proporcionándole la energía requerida.
El desarrollo sostenible a nivel económico
El desarrollo sostenible en época de pandemia ha sensibilizado en gran medida diversos ámbitos de la vida rutinaria. En ella entran también los inversores, haciendo la salvedad de que la inversión en fondos sostenibles se ha elevado en los últimos tiempos, lo que ha contribuido a conformar una sociedad más próspera.
Esta sostenibilidad genera un compromiso a nivel global, ya que los inversores mundiales han hecho un esfuerzo para invertir en productos sostenibles a pesar del covid-19.
La tendencia al alza, ha tenido gran repercusión en España, ya que un número elevado de personas, se han motivado a invertir de manera sostenible, lo que ha arrojado unos resultados altamente positivos.
El estímulo que sienten los españoles es el desarrollo de nuevas estrategias, cuya meta es lograr el aporte de mayores rentabilidades. Los españoles están dispuestos a hacer crecer las cifras de rentabilidad media a los fines de mejorar lo acontecido en el momento actual.
Ellos no solamente hablan de sostenibilidad económica, sino también del medio ambiental, que es un factor importante a la hora de invertir.
Además, están dispuestos a darle prioridad al compromiso que tienen las empresas a nivel social, aunado al trato respetuoso y cordial que profesan por los empleados, ya que de ellos depende el resultado positivo que se logre en cuanto a la rentabilidad de la empresa.
Sin embargo, ellos estiman que el principal impulsor en el área de inversiones debe ser el Estado.
La inversión y su compromiso
Para que una economía avance se requiere que todos sus componentes promuevan y apliquen la inversión. Ella requiere de la participación de todos, para que se produzca la dinamización de los factores productivos a través de los gestores de fondo y de los accionistas mayoritarios de las organizaciones, quienes son el ejemplo a seguir.
Los españoles no solamente hablan de las situaciones macro y micro económicas, sino también de que sus iniciativas se dirigen a mitigar el cambio climático, considerando que este tiene una gran influencia en todo lo relativo a la economía y a las posiciones de la industria.
La inversión, por antonomasia genera transformación y la transformación genera cambios, y los cambios generan productos y los productos conforman el mercado y en el mercado entra la sociedad, el individuo y la empresa.
Los españoles sostienen además, que a pesar de la crisis de salud, al culminar el año 2020 su sostenibilidad se habrá recrudecido, porque la perseverancia y el empeño inversionista se mantiene a pesar de los avatares de la sociedad moderna.
El gobierno tiene mucho que ver con todo este desarrollo estratégico, ya que su función es motivar a las personas a creer en sus valores, a capitalizarlos y a reflejarlos en forma de inversión. Esta premisa ya forma parte de la edificación de las carteras, debido a la eficaz información y comunicación que se maneja entre los inversores.
Por lo demás, la conciliación de los diversos objetivos contribuye a un mundo mucho más sostenible.
La rentabilidad a través de la inversión
Es muy gratificante comprobar que un gran número de inversionistas ya están plenamente convencidos de que la inversión de manera sostenible no significa el sacrificio de la rentabilidad.
La consecución de los objetivos planteados en un mundo globalizado como el actual, afectado por una pandemia que no tiene precedentes, no ha perdido su deseo de invertir y de obtener un rendimiento productivo y fructífero.
Las ideas inversionistas son variadas, las empresas siempre tienden aprovechar la mejor de las oportunidades para generar las transformaciones necesarias que redunden en su beneficio y crecimiento.
Por ello se habla, de reasignaciones de capital y de valores inagotables que promueven inversiones de compañías que a través de su proceso logran expandirse, apoyándose en factores claves como el transporte sostenible, los recursos medio ambientales, la buena energía, las organizaciones líderes en emisiones bajas y la eficiencia energética.
Las empresas gestionadas de manera sostenible están mejor posicionadas dentro del mercado, porque su crecimiento y su rentabilidad producen mayores rendimientos a mediano y largo plazo.
El mercado gira su enfoque hacia las métricas financieras tradicionales, buscando que estas le sirvan de base para lograr un mayor cimiento económico, aunados a factores de sostenibilidad, sin subestimar ningún valor que pueda servir de potencial para lograr el cometido anhelado.
Por paradoja en muchas ocasiones, algunas deficiencias de la empresa se convierten en oportunidades de inversión y casi siempre los resultados son positivos. Esto afianza la seguridad del inversor.
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